Es normal que todos temamos a algo. Pero parece que los miedos de los niños por la noche son los más duros de sobrellevar. Sobre todo si sufren terrores nocturnos. Esta disfunción del sueño que con su sólo nombre impacta, se presenta generalmente en niños menores a 12 años con unos síntomas que realmente afectan más a padres y familias que al paciente mismo que la presenta.

Los padres, otra víctima de los miedos de los niños por la noche

Los miedos de los niños por la noche representados en terrores nocturnos no perturban tanto al niño  que al día siguiente no recuerda nada de lo sucedido para los padres es difícil borrar la imagen de su pequeño llorando gritando con su respiración y corazón agitados dejándoles la impresión que el niño está pasando por gran angustia y pánico sin que ellos puedan hacer nada

miedos de los niños

Aun los expertos no logran determinar con claridad por qué el sistema nervioso del niño altera su actividad entre la tercera y cuarta etapa del sueño, pero el avance de los estudios indican, que si el niño está pasando por una situación nueva que pueda estresarlo, como el divorcio de sus padres o un cambio de ciudad o tan solo de vivienda o colegio o si está realizando más tareas que hagan q se canse más, son las causas frecuentes para los terrores nocturnos.

Resultados de algunos estudios muestran que el 80% de niños que sufren con esta disfunción están bajo estas presiones. Ahora bien, además de la angustia natural de los padres, los terrores nocturnos no parecen presentar consecuencias definitivas porque generalmente así como aparecen también terminan.

Los consejos para superar los miedos de los niños por la noche

Existen algunas recomendaciones para lograr que desaparezcan los miedos de los niños por la noche y los terrores nocturnos que los provocan para devolver pronto la tranquilidad a niños y padres.

1) Se dice que organizar una rutina donde el niño pueda dormir y descansar más horas ayuda. 2) Recomendable seria que tome un baño antes de acostarse seguido de un masaje relajante el cual sus padres pueden hacer en brazos, piernas y espalda. 3) Estar preparado para acompañarlo en sus crisis sin tratar de despertarlo abruptamente, sólo sentarse para abrazarlo hablarle suave y acariciarlo.

El Hacer de estas actividades una rutina, permite que el sistema nervioso se relaje mientras madura en la nueva situación y logra estabilizar de nuevo un sueño normal tranquilo y reparador. La presencia de terrores nocturnos en los niños debe ser tratada con calma por los padres para que no trasmitan más estrés a sus hijos empeorando la situación.

Es claro que sería difícil para un pequeño, si su sueño está siendo trastornado, tener que estar pendiente del estrés de sus padres. Los miedos de los niños por la noche sumada a la preocupación por la salud de su hijo, hacen que los padres tengan que atender las crisis de sus hijos, la cotidianidad de la vida y su propia salud emocional. Lo bueno es que esta suele ser sólo una etapa corta.