Todas las personas partir de la época en que comienzan a caminar entran en una etapa de Competitividad entre los niños y sus problemas, es decir, los pequeños empiezan una constante competencia entre ellos y esto puede ocasionar algunos problemas propios de su edad, sin que ello sea motivo de alarma.
Por lo general las competencias de los niños se realizan con los hermanos o niños de su misma edad del colegio o lugar donde interactúan, esto es algo sano, lo importante es no permitir que están competencias se conviertan en agresiones o que se empiecen a realizar actividades que pongan en peligro su bienestar, la supervisión de un adulto es indispensable.
La Competitividad entre los niños y sus problemas no deben llegar a los inconvenientes que se presentan entre los adultos como dejarse de hablar por espacios de tiempo o que se midan a los golpes, la competencia debe ayudar a los niños a ser mejores cada día, pero aceptando que también puede ganar el amiguito y respetando a todos por igual.
La Competitividad entre los niños y sus problemas, debe ser orientada por adultos
Cuando se presenten problemas entre los niños, ya sean hermanos o compañeros de colegio es importante que los padres o personas encargadas como los profesores interfieran guiando a los niños hacia un buen comportamiento.
Una solución que asumen algunos padres es hacer que los niños se den cuenta que para ellos no es relevante la Competitividad entre los niños y sus problemas que estos inconvenientes no tienen importancia, que lo realmente relevante es compartir con otros niños y que las peleas por la ventana con los hermanos es algo sin importancia, para lo cual se pueden turnar y no pelear.
Existen los padres que son tan dedicados a sus hijos que les hacen un calendario por turnos acerca de los privilegios, con el fin de que todos participen de ellos y no se vean envueltos en conflictos acerca de a quien le pertenece cada día tal o cuál privilegio; esto es dispendioso, pero saludable.
La Competitividad entre los niños y sus problemas pertenecen a ellos
Aun existen padres que se convierten en árbitros entre sus hijos en el manejo de la Competitividad entre los niños y sus problemas que se pueden presentar para determinar a quién le corresponden los privilegios o tratar de determinar quién es más fuerte que el otro en un deporte o juego, entre otros.
Es importante ayudar a que los niños sepan que si uno es más fuerte que los otros en estudiar matemáticas, los demás lo pueden ser en el estudio de español o en dibujo; en estas condiciones los padres entran a llevar los niños a reflexionar y darse cuenta de la realidad y no convertir las diferencias en problemas conflictivos.
Como árbitros, los padres deben explicarles las implicaciones ocasionadas por la Competitividad entre los niños y sus problemas, para que los niños puedan tener una mejor convivencia y puedan disfrutar de la compañía de niños de su edad, aceptando los triunfos y derrotas.
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